Quiénes somos
Somos un colectivo de personas provenientes de diferentes sectores sociales y del movimiento popular organizado, que trabajamos en la defensa y promoción de los derechos humanos, en su integralidad, en el Paraguay.
Nos reconocemos en la tradición latinoamericana e internacional de defensa de los derechos humanos. Por ello, apuntamos a articularnos con espacios internacionales, como la Federación Internacional de Derechos Humanos y sus organizaciones.
Consideramos que la realidad nacional en materia de derechos humanos se encuentra en una situación crítica. Las esperanzas ciudadanas de avanzar hacia una sociedad más justa y democrática, expresadas desde la apertura política en 1989, se han visto frustradas. No han existido mecanismos de justicia transicional que garanticen el esclarecimiento de los crímenes de lesa humanidad y de los delitos de apropiación masiva de tierras destinadas a la reforma agraria, cometidos por las autoridades del régimen estronista, ni juicio ni sanción a los responsables. A través del control de los mecanismos electorales, el mismo bloque de poder que ejerció el mando durante la dictadura encabezada por Alfredo Stroessner, continuó dirigiendo el Estado y desarrollando su poderío económico.
Durante las últimas décadas, los ajustes gubernamentales apuntaron a la implantación de una política económica más nítidamente neoliberal, lo que ha generado un intenso aumento de la desigualdad; la expulsión campesina e indígena de sus tierras y territorios, al tiempo que el país encabeza los índices mundiales de expansión de latifundios, desigualdad en la estructura de tenencia de la tierra, deforestación y destrucción de los bienes comunes naturales.
Asimismo, los sectores trabajadores urbanos y rurales sufren condiciones de labor y de producción cada vez más precarias, y luchan contra la mercantilización y la privatización de los servicios públicos y de los bienes comunes, como son las semillas y el agua. Los pueblos indígenas continúan siendo discriminados y sufriendo todo tipo de agresiones, despojos y desprecios, pues la matriz colonial del Estado se ha acentuado con la expansión del agronegocio. Para mantener este esquema de acumulación económica, basado en la violación de los derechos económicos, sociales y culturales de la mayor parte de la población, se han ido potenciando las políticas represivas desde el Estado. Las organizaciones de trabajadoras y trabajadores son perseguidas, crece el número de desalojos forzosos de comunidades, se acentúa la criminalización de las luchas sociales, y aumentan los asesinatos de líderes y militantes de organizaciones comunitarias. Los derechos a la seguridad, la libertad y la justicia son vulnerados por las instituciones responsables de su protección. La falta de independencia del Poder Judicial y del Ministerio Público, su instrumentalización por poderes fácticos, y las graves violaciones de derechos fundamentales cometidas desde estas instituciones en tres casos emblemáticos –como son el caso de los Seis Campesinos, el caso Curuguaty y el caso Genaro Meza– han motivado la organización de campañas de denuncia sobre la situación de los presos políticos existentes en el país, las cuales constituyen un antecedente importante de esta Plataforma.
En este contexto de múltiples desafíos, la Plataforma busca ser un espacio de construcción colectiva de herramientas para la defensa y la promoción de los derechos humanos, tanto individuales como colectivos con una práctica sustentada en el análisis conjunto de la realidad, y orientada a:
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la articulación de acciones entre diferentes sectores de la sociedad civil y del movimiento popular para la denuncia de situaciones violatorias de derechos humanos;
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el fortalecimiento de las capacidades sociales de defensa de los derechos fundamentales;
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la incidencia en la mejora de los sistemas institucionales de protección de derechos; y
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la interlocución con organismos internacionales para la difusión de campañas y acciones en pro de los derechos humanos. La Plataforma se sustenta en el principio de autonomía política y económica
C´omo entendemos la defensa de los Derechos Humanos
En el ámbito internacional se define a los derechos humanos como “derechos inherentes a todos los seres humanos, sin distinción alguna de raza, sexo, nacionalidad, origen étnico, lengua, religión o cualquier otra condición”. 1 El derecho internacional de los derechos humanos constituye una conquista de los pueblos y se sustenta en el principio de dignidad humana. Consagra los principios de interdependencia, indivisibilidad y progresividad de los derechos civiles, políticos, económicos, sociales, culturales y colectivos. Atribuye a los Estados nacionales la responsabilidad principal en la garantía de todos los derechos humanos con relación a todas las personas que se encuentran bajo su jurisdicción, sin discriminaciones, a través del cumplimiento de las obligaciones jurídicas de respeto, protección y realización de derechos. Adherimos a esta concepción y consideramos necesario su conocimiento, apropiación y exigencia por la sociedad, en especial, por aquellos sectores poblacionales que se encuentran en situación de mayor vulneración de sus derechos.
Comprendemos que los derechos humanos se fundamentan en las praxis históricas de emancipación frente a los sistemas de dominación constituidos, las que han generado diferentes tipos de mediaciones, de garantías. Por ello, enfatizamos su carácter histórico e intercultural, pues las luchas de los pueblos y colectivos humanos por la vida digna dependen de sus capacidades y posibilidades concretas, y de las características de los poderes que las oprimen.
Entendemos que en nuestra región, estas luchas se remontan a los tiempos de la conquista y la colonización, procesos que se sustentaron en la negación del carácter humano de las personas que originariamente habitaban el continente, y que dieron lugar a diferentes formas de resistencia, impugnación, hasta el logro de algunas formas de defensa y protección de las poblaciones colonizadas frente al genocidio.
Consideramos que en la actualidad, las amenazas y agresiones a los derechos humanos y de los pueblos provienen en muchos casos de poderes económicos concentrados en grandes corporaciones transnacionales, que actúan bajo amparo o aquiescencia de los Estados. Por ello, es necesaria la protección de las personas frente a actores estatales y no estatales, así como la regulación consistente de las obligaciones extraterritoriales en materia de derechos humanos. - A su vez, creemos que el respeto al derecho a la autodeterminación de los pueblos es un principio clave para el fortalecimiento de la paz y de la legitimidad de los sistemas de protección de derechos humanos. - En el ámbito paraguayo, comprendemos que el avance en la garantía de los derechos fundamentales de la población es inescindible del ejercicio del derecho a la memoria, la verdad y la justicia, así como de la democratización de los mecanismos de participación política de la sociedad. Por ello, consideramos oportuno recordar cómo han sido los procesos de defensa de los derechos humanos en la reciente historia de las dictaduras en Latinoamérica y su proyección en la actualidad. Como nos explica Raúl Zibechi:
En algún momento de la historia reciente, desarmamos nuestras capacidades de autoprotección colectiva para entregarlas a las instituciones estatales, confiando en su capacidad reguladora. Una ilusión óptica con graves consecuencias. Cambiamos poderes de abajo por derechos arriba.
Bajo el régimen de Pinochet (1973-1990), la autoprotección colectiva se asentó en las redes formales e informales de los sectores populares que tuvieron referencia, entre otras, en la Vicaría de la Solidaridad.
Bajo la dictadura militar argentina (1976-1983), las Madres de Plaza de Mayo, parroquias, diócesis y un puñado de personas hicieron una labor similar, contribuyendo a poner freno al delirio genocida a través de la denuncia de las desapariciones y el apoyo a perseguidos y presos.
También en el Paraguay, la defensa de los derechos humanos era ejercida por una red de organizaciones, sindicatos, iglesias e individualidades.
A diferencia de otros países de la región, el avance de la perspectiva de derechos humanos en las instituciones y la promoción de una cultura de derechos, prácticamente no ha sido promovido desde el Estado. A partir de la Masacre de Curuguaty y del golpe de Estado parlamentario en junio de 2012, los retrocesos en materia de derechos humanos se han acelerado, consolidándose una política de seguridad abiertamente violatoria de la Constitución Nacional y de los tratados internacionales de derechos humanos vigentes en el Paraguay.
A su vez, pese a la labor de investigación realizada por la Comisión de Verdad y Justicia que evidenció los crímenes cometidos por el régimen estronista, así como la identificación de desaparecidos políticos asesinados por el aparato represivo de dicho régimen, la dictadura estronista y la figura de Alfredo Stroessner siguen siendo reivindicadas desde las más altas esferas del poder, demostrando que los derechos humanos no han permeado el Estado paraguayo.
Todo lo señalado, nos convoca a construir respuestas colectivas desde las experiencias del movimiento popular, con el acompañamiento de individualidades comprometidas con la lucha por los derechos humanos y la democracia, conformando una plataforma que recupere lo mejor de los saberes, las prácticas y las formas organizativas desarrolladas en el seno de nuestra sociedad, de modo a fortalecer el tejido social necesario para la defensa, protección y lucha por los derechos humanos.
Lineamientos de nuestro accionar
El accionar de la Plataforma Social de Derechos Humanos, Memoria y Democracia incluirá diferentes formas de trabajo:
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Estudio de los derechos humanos en su integralidad.
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Análisis de los mecanismos estatales y paraestatales que vulneran los derechos humanos, y elaboración de respuestas colectivas para su superación.
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Construcción de herramientas para la defensa y promoción de los derechos fundamentales, a nivel nacional e internacional.
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Fortalecimiento de los mecanismos de participación social en la defensa, monitoreo y protección de derechos fundamentales.
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Acciones de denuncia de violaciones de derechos humanos y de defensa de derechos.
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Difusión de campañas sobre derechos humanos.
El accionar de la Plataforma partirá de una agenda de lucha por los derechos humanos acordada por diferentes sectores sociales, en la que se identifiquen temas estratégicos para el avance de los derechos humanos, la memoria y la democracia en el Paraguay, como por ejemplo:
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Memoria, verdad y justicia.
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Derecho a la justicia y presos políticos.
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Criminalización de las luchas sociales y de las defensoras y defensores de derechos humanos.
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Derecho a la tierra y el territorio.
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Defensa de los derechos colectivos y de los bienes comunes.
